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No se trata de dinero

No se trata de dinero

Administrar dinero es muy parecido a una dieta. Todo funciona en teoría, pero es la aplicación que es tan difícil.

Cuando comenzamos a ahorrar, presupuestar o invertir, a menudo es para superar el dolor o la frustración.

Entonces, si fracasamos, la decepción es peor que la incomodidad original que estábamos tratando de superar.

Nuestros padres, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y los medios de comunicación nos rodean con mensajes que convierten el dinero en una medida de autoestima y felicidad percibida.

Estos mensajes poderosos conducen a emociones equivocadas: miedo, ira, resentimiento y frustración, que giran en torno al dinero. Sin embargo, es común ignorar estos sentimientos y se centra en las tasas de interés, acciones, bonos e impuestos. Al igual que el dinero, estas son simplemente herramientas para llevarlo a donde quiere y no debe ser el objetivo final.

La felicidad y el cumplimiento deben ser el objetivo cuando se trata de nuestro dinero, pero a menudo lo perdemos de vista.

Reactivo

La planificación financiera a menudo comienza con un problema específico. Puede comenzar cuando se esfuerza por pagar sus cuentas, o después de cambiar de trabajo al darse cuenta de que necesita hacer algo con su plan de jubilación. Puede ser que la jubilación esté en el horizonte y es hora de poner las cosas en orden. Y a veces comienza con un aviso intimidante del IRS.

Cuando la planificación financiera comienza con un problema específico, el enfoque naturalmente gira en torno a temas centrales de planificación financiera como acciones, bonos, tasas de interés, impuestos y planes de jubilación. Cuando hay un problema, solo tiene sentido llegar al punto y resolverlo.

El problema con este enfoque es que es reaccionario y pasa por alto el objetivo de la planificación financiera: la calidad de vida.

Proactivo

Un mejor enfoque es ser proactivo en lugar de reactivo. Esto le permite cambiar su enfoque de finanzas desde la resolución de problemas hasta el diseño de estilo de vida.

En lugar de comenzar con los fondos mutuos y las tasas impositivas, considere planificar su vida ideal. Puede hacerlo a través de la fijación de objetivos o ejercicios de visualización, pero no tiene que ser muy complicado.

Un enfoque es imaginar su día perfecto. Piensa en cada aspecto de ese día perfecto y cómo sería. Cuantos más detalles incluyas, mejor. Aquí hay algunas preguntas para responder sobre su día perfecto.

  • ¿Dónde estás?
  • ¿Quién, si hay alguien, está a tu alrededor?
  • ¿Qué estás haciendo?
  • ¿Que tiempo hace?
  • ¿Estás activo o relajado?
  • Qué llevas puesto?
  • ¿Qué estás conduciendo?
  • ¿Que ves?

Estos son solo ejemplos para que piense en la dirección correcta, y dependiendo de su personalidad, hay diferentes maneras de hacerlo. Algunas personas crean guiones gráficos cortando fotos de revistas. Otros abren un procesador de texto y comienzan a escribir, mientras que a otros les gusta meditar.

Interpretación

Es tentador asumir que tu visión es la vida que necesitas crear. Este puede o no ser el caso. Por ejemplo, hice que un cliente imaginara estar solo en su casa, que era inusualmente limpio.

Después de muchas lluvias de ideas, descubrió que anhelaba pequeños descansos. Ella no quería estar sin sus hijos, porque le encantaba quedarse en casa, pero necesitaba un descanso ocasional. Presupuestaron un día a la semana de cuidado de niños y un ama de llaves y eso marcó una gran diferencia para toda la familia.

De esto se trata la planificación financiera. Se trata de encontrar lo que te hará más feliz y luego usar herramientas como acciones, bonos y presupuestos para hacer que ese estilo de vida suceda. Cuando planifique sus finanzas, recuerde que el dinero es solo una herramienta para obtener lo que queremos y necesitamos, pero acumularlo no es el objetivo final.

Chuck J. Rylant es el autor de "Cómo ser rico: La guía de la pareja para una vida rica sin preocuparse por el dinero ", que está disponible en Amazon.com.

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